DIY
El DIY (Do it yourself o Hazlo tú mismo en español) es un término que se ha popularizado en los últimos años y que parece diluir las fronteras de su significado entre otros términos cercanos. Pero entonces . . . ¿Qué es el DIY?
¿Cuántas cosas has hecho hoy por ti mismo? y ¿Cuántas han hecho los demás por ti? Seguro que la primera pregunta la puedes contestar sin muchas dudas, pero la segunda. . . es un poco más complicada. Quizás alguien te ha hecho un favor y claramente lo colocas en la segunda lista, pero no te olvides añadir también el ordenador, el reloj, el bolígrafo. . . Casi todo lo que utilizamos hoy en día está hecho o fabricado por otros. Y este “otros” no quiere decir obligatoriamente otras personas, las máquinas también cobran protagonismo.
La historia nos narra como nuestros antepasados dejaron de hacer / fabricar cosas por si mismos para ceder dicho privilegio a las máquinas, comenzó la revolución industrial, la fabricación en serie y por ende la despersonalización y el capitalismo. Un ¡Compre, compre! sin mesura que derivó en los primeros movimientos anticapitalistas, uno de ellos el DIY.
El DIY surge como una filosofía. Una idea que rechaza tener que comprarlo todo y sustituirlo por el trabajo que podemos hacer por nuestros propios medios. Fue la cultura Punk la que rescata de esta ancestral idea. Para luchar contra el capitalismo comenzaron a fabricar sus propios instrumentos musicales e incluso su propia ropa. Poco a poco lo que surgió como una idea contracultural se fue extendiendo entre la población y se convierte en una filosofía que ha cambiado la forma de pensar y hacer el mundo de muchas personas.
Mucho se ha hablado ya sobre el término y forma parte de nuestro vocabulario habitual. Los crafters (Artesanos) ya están completamente familiarizados con él y lo utilizan a diario. DIY evoluciona como “sinónimo” de tutoriales, la sencilla idea de explicar paso a paso cómo elaborar diferentes creaciones por uno mismo. El craft (Artesanía) se ha especializado en lo que conocemos como manualidades y los que nos movemos en este mundillo observamos cómo esta cultura está absorbiendo el término DIY.
La realidad se encuentra mucho más lejos. El DIY también es Maker, otra corriente que responde a la misma filosofía pero que adquiere un nombre propio. El maker va más allá de la artesanía, nos acerca al mundo tecnológico hecho por uno mismo. Plantea retos domésticos que traspasan el uso de tijeras y pegamento.
En resumen el DIY es extrapolable a cualquier ámbito de la vida cotidiana. En parte propiciado por la crisis, por el auge de la responsabilidad medio ambiental y por boom de Internet, el DIY es tendencia y ha llegado para quedarse.
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